jueves, 13 de octubre de 2011

El clima... no se decide

Mirando al cielo, y de regreso hacia abajo.....
No les dan ganas de tener carro?

Después de mucho pensar creo que llegue a una conclusión, Bogotá es como esas viejas de ánimo inestable, medio locas. ¿Nunca les ha llamado la atención el clima tan extraño? pues a mi si. En un momento está algo soleado, todo está muy bien hasta que ¡pum! Empieza la más fuerte de las lluvias con truenos y demás, es como que llego la suegra a la casa ;)
Solo por pura y física curiosidad... ¿A qué otra ciudad en el mundo se le ocurre llover mientras al mismo tiempo hace sol? Esta es una de las fotos que tome sorprendida por el climita que nos gastamos, si Bogotá fuese una mujer seria de lo más conflictiva. Oh pero ahora combinemos esto con el fabuloso trafico bogotano. Cualquier estudiante promedio Bogotano sabe lo que es la tibieza del Transmilenio, buses y en especial lo que es la hora pico. Los que no saben bien pueden acudir a San Google porque el tema es asunto famoso, las horas pico en Bogotá son todo un cuento, y es precisamente sobre ello lo que quiero compartir.


Ayer iba tranquilamente caminando, acercándome a la avenida para tomar un bus, y sin exagerar de un minuto a otro empezó una tormentosa lluvia venteando muy fuerte mientras palos helados de agua caían. El caso fue que no sé cómo ni por qué pero para cuando vine a reaccionar era tarde, y claro, la lavada que me pegué fácilmente cubre al menos un día de servicio de agua. Ayer me bañe dos veces.


Ahora bien, tenía claro que ni pensar en el ahorrito me ayudaría para lo que me esperaba luego. Momento de tomar un bus en hora pico con frió y yo de afán, ¿No suena como una mezcla de lo mejor que hay? Quien lea esto seguro me tendrá envidia. En fin, así logre tomar un bus repleto y entre mucha gente que también había sido víctima del polifacético clima bogotano, y con una tibieza que el transporte masivo de esta ciudad puede ofrecer, solo podía pensar en que las próximas navidades pediría un carro en la carta a Santa, el niño dios, las uvas de año nuevo (no dejaría ni una sin repetir el deseo) y el resto del combo navideño que me sacara de este tipo de apuros si es que había alguien más a quien escribirle una carta de los deseos. Llegue pensaba en lo increíble que sería tener un carro y reservar los días de pico y placa para los ahorritos en el recibo del agua. Entre pensamiento y pensamiento, filosofando sobre mi largo día y mis ganas de un carro, no tuve de otra que caer dormida... Y ustedes, ¿Qué penarían en un día así?






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